HISTORIA DEL PERRO PAMPA ARGENTINO

En el año 1987 en la provincia de Córdoba, una ciudad con profunda tradición e historia en la cría de perros, se produce la génesis del Perro Pampa Argentino cuando un señor oriundo de la provincia de San Juan llamado Juan Carlos Agüero decide cruzar su perra, de raza American Staffordshire terrier llamada "Pampa", traída de los Estados Unidos, con un Dogo Argentino llamado "Simón" que en ese momento estaba en manos del Sr. Luis Zanetti, pero que era propiedad del Sr Javier Coronda.

De esa cruza nacen dos cachorros, un macho que quedo en posesión del Sr. Carlos Agüero el cual fue llevado a su campo y una hembra que permanecio en Córdoba. A la edad de un año el macho (llamado “Julio”) es regresado a Córdoba y queda en manos del Sr. Horacio Rivero Nores, donde posteriormente sirve algunas hembras, dando diferentes crías que oportunamente fueran repartidas entre amigos, lo cual seria el germen de lo que hoy llamamos Perro Pampa Argentino.

A partir de entonces se fueron seleccionando aquellos animales que reunían determinadas características fenotípicas y genotípicas, fundamentalmente perros de color negro o atigrado oscuro, con gran potencia y aptitudes para la presa siendo utilizados principalmente como perros para guardia y de familia. Es en este momento que ingresan otras razas a través de nuevos ejemplares que pasaran a integrar el pool genético del Perro Pampa Argentino.

A principios de los 90, por iniciativa de un legislador cordobés se presenta un descabellado proyecto de ley para prohibir la crianza de Dogos Argentinos y castrar a todos los ejemplares de dicha raza dentro del territorio provincial. Es este quizás un hecho que hace que muchos propietarios de Pampas piensen en dedicarse a la cría de estos perros. Desde ya que este proyecto no prosperó y fue rechazado pero contribuyo a aumentar la cantidad de ejemplares de Perros Pampa en Córdoba fundamentalmente y en menor medida en otras provincias.

Para conocer el porqué de su nombre debemos remontarnos a otro compañero inseparable del hombre argentino, el caballo. En la clasificación por pelajes equinos se denomina Pampa al ejemplar que posee franja blanca en la cara desde la frente hasta el hocico. Además, recordemos que la American Staffordshire Terrier, madre de los primeros ejemplares se llamaba igualmente “Pampa”.

Podemos decir que el Dr. Orrico y al Dr. Bolero Piantoni, ambos, conocidos médicos de la ciudad de Córdoba bautizan con ese nombre a los primeros mestizos, que habían obtenido de regalo, cuando pasean por sus tradicionales barrios y la gente les pregunta por el nombre de la raza de estos animales de aspecto llamativo.

A partir de allí y con altibajos, la cría de esta casta de perros llega hasta mediados del 2010, en donde la selección y reproducción se aceleran enfocándose a la función de guardia aprovechando las características de perro de presa, su color negro u oscuro y su talla, su impronta, su agilidad y valor así como su predisposición para el trabajo en general.

En los últimos años, un grupo de criadores empezamos a reagruparnos y nos organizamos para ordenar los registros y la crianza con finalidad de aportar las formalidades necesarias para lograr el reconocimiento de la raza, previo definir lo que seria el estándar y función, le dimos asidero legal bajo la Asociación del Perro Pampa Argentino.

Rescatando la sangre original y reintroduciendo nuevas líneas, siempre teniendo como premisa el cubrir una necesidad actual, la cual es la seguridad de nuestro hogar, nos propusimos crear un perro dócil y afectuoso con los suyos, con un nivel de energía regular, pero que no dude un instante a la orden de actuar o situación de riesgo en donde un intruso invada su territorio y lo amerite.

Trabajamos con el objetivo de mantener y acrecentar las cualidades de: docilidad, inteligencia, agilidad, salud y fortaleza, predisposición para la guardia, protector de la familia e inmejorable compañero canino de la rutina diaria.